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Esta escena de Django es una de las que tiene más calidad, técnicamente hablando, de la obra. Estamos hablando de la escena en la que en Candyland intentan mentir al Sr Candy (Di Caprio). Este entra en cólera, y aparecen varios de sus hombres para retener a punta de pistola a los protagonistas. Di Caprio, en el rodaje, tiró la copa y se hizo un profundo corte en la mano, que de hecho le acarreó problemas a posteriori. A pesar de la herida, él siguió actuando, con el mismo ímpetu que antes, dándole a la escena un toque de verosimilitud enorme. Además, al final de la escena restregó su sangrienta mano en la cara de Broohmilda (Kerry Washington), lo que también es algo bastante llamativo.

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Cuando acabó el monólogo y se cortó la escena, todos los hombres que había en el rodaje empezaron a aplaudir, reconociendo el gran trabajo del actor estadounidense. Esta es una prueba fiel de la implicación que consigue Tarantino que tengan todos los actores en sus películas.

 

Quizás por eso siempre recurre a los mismos: a la pregunta de por qué siempre estaban los mismos actores en sus películas, como Michael Madsen, Samuel L. Jackson o Tim Roth, respondió Tarantino que son los únicos que pueden ceñirse bien al papel y que comprenden perfectamente como tienen que trabajar. Sin ir más lejos, reconoció que en Los Odiosos Ocho escribió el guion pensando concretamente en los actores que luego conformaron el reparto. En cuanto a Di Caprio, esta fue la primera colaboración con Tarantino, que le valió una nominación al Óscar, pero no será la última, ya que será el protagonista en la próxima película de Tarantino, Once Upon a Time in Hollywood.

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