Toda, o prácticamente toda la filmografía del país del sol naciente que ha inspirado a Tarantino queda plasmada en ambas partes de Kill Bill, pero sobre todo en la primera.

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Sanjuro (1962): las sangrías que se desprenden de las heridas como si emergiesen de una manguera a presión, especialmente en la mutilación del brazo izquierdo de Sofie Fatale (Julie Dreyfus), encuentran parecidos en algunas ejecuciones de este largometraje de Akira Kurosawa.

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Samurai fiction (1998): dirigida por Hiroyuki Nakano. Las siluetas negras de varios guerreros luchando, o casi podría decirse danzando, de perfil sobre un fondo luminoso rojo inspiran a una escena en la que La Novia (Uma Thurman) lucha con sus contrincantes sobre un fondo similar, esta vez de color azul.

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Lady Snowblood (1973): de Toshiya Fujita. El tema principal coincide con Kill Bill volumen 1: una chica busca vengarse de una banda de criminales. El personaje de Yuki (del filme nipón), que viste un kimono blanco que acabará manchado de sangre, inspira a O-Ren Ishii (Lucy Liu). Otra imagen emblemática es la de cuatro personajes (los antagonistas en la obra de 2003) inclinando la vista en un ángulo casi perpendicular al suelo, con la cámara enfocada desde sus pies, erguidos para mirar a la protagonista moribunda. Dicho plano se repite de manera prácticamente idéntica en ambos filmes. Incluso, en la batalla final entre La Novia y O-Ren Ishii, comienza a nevar, por si la referencia no hubiese quedado suficientemente clara.

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